sábado, 28 de febrero de 2015

Mamá en Crisis


Las mamás pasamos por diferentes crisis. Estas comienzan desde el momento del nacimiento del bebé; pero según voy aprendiendo, continúan el resto de nuestras vidas. Crisis al darte cuenta que tu cuerpo ha cambiado para siempre, crisis al darte cuenta que tu vida jamas será la misma, crisis provocadas por el cansancio, crisis cuando los hijos se van de casa, etcétera, etc.

Son muchos los factores que pueden provocar crisis en las mamás y no soy experta en esto, así que no entraré mucho en esto mas que lo que me ha tocado vivir.

Desde que me convertí en mamá he tenido, si mal no recuerdo, al menos tres temporadas muy difíciles emocionalmente. Y sin duda alguna creo que estas se han intensificado gracias al cansancio y al hecho de que soy una persona que batalla con la ansiedad un poco.

La primera fue cuando mi bebé era recién nacido y no dormía por las noches, definitivamente la falta de sueño puede jugar con nuestras emociones de una manera nada divertida.
La segunda fue cuando mi hijo a la edad de 7 meses despertaba hasta tres veces por noche, igualmente la falta de sueño fue el factor clave.
Y la tercera la vivo ahora mismo, y juegan mucho factores, entre ellos que mi niño ahora de 14 meses no para en todo el día. Tengo un hijo muy divertido y muy activo. Y dado que mi familia vive lejos, no cuento con mucha ayuda para que me lo cuiden. Y sinceramente yo pensaba que cuando al comenzara él a caminar y ser un poco más independiente todo iba a ser más fácil y menos cansado, pero nooo; no es así.

A qué voy con todo esto? Dentro de esta temporada que estoy viviendo he aprendido de diferentes madres (de diferentes edades y con todo tipo de experiencias) que no soy la única que tiene momentos como este, que en cierto punto del crecimiento de sus hijos, todas han pasado por crisis de ansiedad, depresión, cansancio o hasta de identidad.  Y que esta tercera "crisis" no es la primera ni será la última que como madre voy a vivir, así que mas vale que me vaya preparando psicológicamente.

Saber que no estoy sola en esto me hizo sentir mucho mejor, pero definitivamente otros elementos han sido muy importantes para salir de estas bajadas. Uno de ellos ha sido precisamente platicar sinceramente con otras mamás mi realidad. Desahogarme y ayudarnos entre nosotras ha sido muy bueno.
Ocuparme en tareas divertidas, salir más seguido de casa, cambiar la rutina de vez en cuando, hacer cosas diferentes cada semana o si se puede cada día. Esto le quita un poco de peso al día, ocupa mi mente para dejar de lamentarme de mí misma.
Maquillarme, peinarme y ponerme bella aun que no vaya a salir a ningún lado me funciona a mi, ya que si me veo mal, me siento mal; pero si me siento bonita tengo mejor ánimo.

El gozo de Jehová es mi fuerza.
Nehemías 8:10
Pero la más importante, la que más me ha ayudado es ADORAR. Sí, platicar y cantar a Dios ha sido tan liberador, es increíble lo que sucede cuando hago esto. Simplemente el peso que cargo en mis hombros se desvanece.  Ha sido difícil encontrar el momento del día para dedicarme a hacer esto entre el que hacer, los juegos y los cariños; pero lo que también aprendí es que lo puedo hacer mientras hago mis tareas cotidianas, mientras me baño, mientras Ian toma su siesta, mientras lavo los trastes y es igual de poderoso. Ya que Dios conoce mi día perfectamente y sabe la gran aventura que mi casa se vuelve cada día. La adoración me lleva al agradecimiento siempre, lo que a la vez me lleva a recordar todo lo bueno y todas las bendiciones que tengo el privilegio de gozar cada día. Y ahora mismo se viene a mi mente el verso que dice: "Nuevas son sus misericordias cada mañana". Si mi día fue difícil hoy, mañana tengo una nueva oportunidad para un día mejor y un nuevo comienzo.

Espero que alguna de mis ideas les sirva a ustedes. Quiero animarlas a que no teman ser vulnerables, se van a sorprender cuando vean cuántas personas más se sienten como ustedes. Estar cansada y querer salir corriendo de la casa de vez en cuando no te hace mala madre; todas tenemos días así. Pero no todo los días son iguales. Disfrutemos a nuestros pequeños que estos días no vuelven y descansemos en el Señor quien nos espera con brazos abiertos.