sábado, 28 de marzo de 2015

La locura bajo el brazo

En México hay un dicho que dice que "todo bebé viene con su torta bajo el brazo", refiriendose a que con la llegada de un nuevo bebé vienen otra clase de bendiciones a la vida de los nuevos padres.
Esta y  muchas otras cosas nos dicen o advierten cuando nos vamos a convertir en padres, pero algo que a mi nadie me dijo es que al convertirme en madre, un toque de locura nueva llegaría a mi vida.

A través  de este exitante diario que una madre vive, hay días en los que parece que no nos falta un tornillo en la cabeza, sino dos.  Es que en ocasiones la falta de sueño, el cansancio, vivir entre gritos, llantos, juguetes por todos lados, etcétera. Aveces se vuelve un poco mantener la cordura.

Hoy he decidido contartles una de muchas anécdotas de mis momentos de locura y divertirlas un poco. También les contaré las de de otras mamás lindas que me pasaron sus  experiencias.

Comencemos conmigo, y hoy me titulare a mi misma "mamá paranoica":

Ian Mateo tenía solo días de nacido, mi madre y mi hermana estaban en casa conmigo, viajaron para ayudarme los primeros días con mi bebé. Y como se han de imaginar yo no había dormido por días.
La alarma que detecta el monóxido de carbono comenzó a pitar y me puse muy nerviosa, obviamente no quería que nada le pasara a mi bebé, no quería que él respirara gas, o que se fuera a intoxicar. Así que me puse muy nerviosa.
De los nervios comencé a oler gas,  así que como perrito entrenado me puse a oler por toda la casa buscando dónde estaba la fuga de gas. Todos me decían que no pasaba nada, que seguro se estaban descargando las baterías del detector (en realidad era así), pero yo estaba segura que había una fuga de gas, ya que yo lo podía oler.
Mi súper olfato me llevó a cierto lugar a un lado del baño donde yo aseguraba se encontraba la fuga. Literalmente marqué el número de los bomberos en mi celular, pero no me dejaron hacer la llamada y lograron calmarme.
Al día siguiente descubro a mi mamá y mi hermana platicando entre divertidas y asustadas de mi episodio de locura de la noche anterior, comentaban lo impresionadas que estaban de que no me hubiera dado cuenta que el olor no era gas, sino que era el baño, ya que alguien acababa de salir de ahí. Nunca les dije nada, pero me metí a mi habitación a carcajearme de lo que había sucedido.
Tan solo recordarlo me hace reír mucho, realmente estaba paranoica, y desquiciada; creo que ese día asuste a todos en casa. No dudo que pensaran que me estaba volviendo realmente loca.

Aqui les va una de una amiga a quien llamaré "mami boxeadora":

"Cuando nació mi primer bebé, algunas noches lo dejaba dormir a mitad de la cama entre mi esposo y yo, a veces porque me ganaba el sueño entre cada toma de la noche y otras simplemente porque me gustaba tenerlo cerca. Pero mi miedo de tenerlo ahí en medio y aplastarlo era constante que ni descansaba bien, cuando mi marido se movía yo le agarraba el brazo o casi saltaba sobre él gritándole que no lo fuera a aplastar.  Eso pasó muchas veces, incluso cuando mi bebé ni siquiera estaba en la cama. Apenas sentía un movimiento y me abalanzaba a detenerlo y él me veía con cara de susto y me calmaba porque el bebé estaba en su cuna y no en nuestra cama.
Una vez estaba yo dormida y estaba soñando que mi esposo me hacía una broma burlona y yo le respondía con el típico golpe de puño cerrado en el hombro. Cual fue mi sorpresa que al darle el golpee  en mi sueño también se lo di de verdad, pero a quien golpee fue a mi bebé que esta vez sí estaba durmiendo en la cama!!. Me despertó su llanto que logré calmar pronto en un minuto porque en realidad no le pegué muy fuerte, pero después de ese momento jamás deje que durmiera con nosotros".

Les comparto un último anécdota de mi amiga "mamá despistada":

"Algo muy simpatico que me pasa es que a veces me encuentro tan cansada que estoy hablando por mi celular,  y de repente me pongo a buscarlo por toda la casa sin darme cuenta que lo estoy utilizando. Otra cosa que me sucede cuando estoy muy cansada es que cuando me lavo las manos apago la luz del baño esperando que deje de salir agua del grifo. Me da pena que me pasen estas cosas tan tontas, pero es que simplemente mi mente se bloquea esos días que el niño absorbe todo mi tiempo".

Y así creo que la mayoría tenemos muchas historias graciosas, penosas, locas o como las quieras llamar. Porque al menos yo si tengo unas cuantas mas.
Quiero agradecerles a las mamas que compartieron sus historias, gracias por recodarme que no estoy sola en esta bendita locura,  la más bella de todas las locuras por cierto. Es bueno recordar y reír de momentos como estos que en su momento fueron ocasionados por un gran cansancio, pero que hoy nos hacen reír a voz alta.  Salud por esta y muchas más días de locura!!!

Te invito a que sigas compartiendo tus historias con migo y otras mamás y nos divirtamos juntas.  Y no olvides compartir el blog si te ha gustado y te ha hecho sonreír.